Friday, September 9, 2016

Manifesto1

Jesús debe empezar por comprar sus propias drogas.
El opio del pueblo ya no alcanza.
Las misas, los vinos nos han dejado con resaca moral por aquello del sistema de los “quieros-debos”.
Las mujeres, los perros, los hombres son todo lo que realmente existe.
Con excepción de las mujeres que vienen siendo solo cuando quieren ser.
La innombrable se llamaba.
yo le decía flaca, o negra o nena o “chucha, párame bola”
Era horrible por lo linda que era, así como cuando algo es empalagoso por lo dulce que es.
Era mayor a mi y me lo hacía notar en cualquiera de los sexos y argumentos que tuvimos.
la voz de la experiencia no calla.
el silencio inocente no replica.
De ella aprendí a ser malo, pero no con esa maldad capaz de empujar niños pequeños cuando no se lo esperen, sino esa maldad que te permite vivir tranquilo en alguno de esos barrios feos que se funden preciosos e ínfimos entre putas, drogas de muy mala calidad y negocios truncados por la avaricia de uno u otro.

Resurjo índigo entre el magenta en tus labios y duermo, duermo solito en lo mas profundo de tu piel privada.
No tengo mas vestigio de mi otro yo que el reflejo de tus nalgas en mis pupilas pasmadas y la promesa demagoga de volverte a ver rodeándome.

Sopla de aquí arpía!
y me pongo en modo machetobasuquero.
te vas, te vas y me pongo mas chic, mas urbano, mas rata, mas muerto.
La vendiste flaco. Me dice un amigo.
y ni me pagaron! Contesto mientras fumo lo último de mis dedos que para estos tiempos vienen a ser ceniza.

MI muerte será dulce, morbosa y siniestra.
con tintes de pulp fiction y kafka.
una fiesta de llantos, una orgía de duelos.
una muerte sin cielos.
un azar del espanto.

Se acaba la hora.
se termina el minuto de verte porque me voy me voy yendo.
Tócate un orgasmito mas melódico.
y despídeme así en unos años.

cuando tu piel se arrugue y la mía no sea.

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