Thursday, July 31, 2014

Días grises

No hay mejor tiempo que este.
Para que el tiempo ande malo.
Y nos llore el cielo.
Dolido y más que dolido ,ofendido por tu partida.

No hay mas gris que el de arriba, salvo por tu memoria esa concreto.
Que poco a poco se hunde en mis lagunas mentales.

Miserable el día si se lo ve desde afuera.
Pero dentro, en las tripas del día se aprecia la semejanza que guardan sus macabras características con tu partir tortuoso.

Día muerto.
Día que espera una llamada de alguien sin voz.
Por dias como este febrero lleva 28.
Días que nadie quiere.
Pero yo atesoro.
Porque si bien no me hacen viejo en la carne me añejan el alma y me reposan los ojos y me resecan los labios.


No sabría si agradecerte por partirme el 
alma y amarme como siempre, solo por el día.

O darlo por muerto y dormir a que venga otro.

Si te beso te comulgo

Si te beso te comulgo.
Y te tengo fé.
Y si pronuncio tu nombre te rezo.
Y te pido algún milagro.

Yo soy buen ateo y me cuesta creer en ti.
Quizá eso lo hace bueno
Válido.
Hasta cierto.

Como no ser creyente del milagro que son tus dedos fríos en mi rostro por la mañana.
Como no ser monje de tu cuerpotemplo.
Si ahí es donde residen mi legado y mi nombre.

Yo soy buen ateo pero creo en tí.
La exepción a la regla.
El bache en mi camino normal y con horario de oficina.
Te cargas en pecho dos montes sinaí que opacan cualquier mecca y mesquita.
Cualquier iglesia
Cualquier cruz
Y enviado.

Eres tú en lo que creo.
En la falta de tí cuando no estás.
En el azucar que pones a todo y que a ratos me enduza la boca que llevo amarga.

Wednesday, July 30, 2014

La gata

Claro que la gata me amó,según ella toda la vida.
Toda una vida, de las siete que carga.

Esos ojos gata..
Esos ojos y sus atardeceres.
Tardares de sol que muere.
Y de nuevo en cada pestañeo.
En cada cerrarlos ocasos.
Y abrirlos amaneceres.

Cuantos tránfugos y esfinges
Socorren sus noches.
Cuantos vuelvos.
Cuantos quieros.
Cuantos puedos....

Cuantos quiera.
Cuantos pida.

A ella todo
A ella el mundo si se lo resuelve.
Si se lo doma
Y como ella cae sin dejar estela.
Ni magia
Ni polvo de luna.
Solo ese farsante recuerdo de alguna vez que estuvo viva.

El bosque de piedras

Al bosque de piedra lo pintan años.
Lo forman vientos.
Y acoge con una humildad calcuta
A quien por razones cualquiera 
Ande buscando con ansia su sol y su sombra.

Si entras al bosque encuentras
Paciencia en estos los tiempos rápidos.
Socorro en la caída sin fin que es el trajín del dia a dia.
Vientos que silvan.
Rocas que hablan.
Y a ti mismo.

En el bosque ya no hay tiempo.
Porque se lo tragó todo
Por lo boca que es su cueva.
Puedes ver sin ver lo que nunca o casi nunca divisan los ojos

Y si ves por el cristal correcto 
A lo mejor encuentras a quienes con tamaño esmero han escondido cristalitos en pozuelos y sepultado bajo la piedra el gran cuarzo del que todos hablan.

Mujer del bosque de piedras

Ella se sienta ahí.
Y el viento se le acuesta a los pies.
Para que le cuente un cuento.
 
Es alta, blanca y negra.
Como toda sombra o destello bajo la luna si va llena.

El río se dobla a su conveniencia, para facilitarle el que beba  de su caudal sereno todas las gotas.

Lleva un taco de mapacha y lo raspa y lo fuma cada cien pasos. Como pidiendo perdon al tiempo al pasar por tierras que no son suyas.

Es andina. Y galáctica.
Es desnuda y la cubre el bosque de piedras.
Es un raro espejismo que aparece a quien  toma una o mas plantas de esas divinas que grandes farmaceuticas pulverizan y recentan para casi cualquier mal menos saudade.

Es una trampa 
Un palito bajo una caja 
y entre los dos 
el manjar que trajo la mierda al mundo.

X.v.