Si con ella uno podia hablar de motesquieu.
De porque la revolucion francesa fue enteramente burguesa.
Y de los temas que en la vida importan.
Que mas daba si no compartiamos lecho, o mis labios no rozaban los rojos suyos.
Si de la mano debatíamos el universo.
A mi me gustaba lo que su boca otorgaba.
Cual promesa de cielos que estan sobre nuestro cielo.
Y profundos hondos de los cuales nunca se supo.
Me gustaba como funcionaba su mente.
Como veia el mundo que la rodeaba.
Como, con inmensa ternura me miraba y pedía que apague el tabaco.
Supongo que me fuí haciendo aburrido, opaco, seco.
Y no tuvo más que hacer que alejarse de mi y acercarse al refúgio que ofrecían sus libros.
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