El amor en la plaza.

La niña asustada por la normalidad con la que en aquel pueblo se abordaba un tema como aquel cedió ante la idea de hacer de su amor un acto publico.

Y salió del cuartito en direccion a la plaza donde la esperaban aplaudiendo y llorando las gentes del pueblo.

Usando solo unos pendientes de plata y su mirada ferrea la niña desnuda también su alma y se convierte también en pueblo.

Su amor la espera en el medio de aquella plazoleta y la observa a lo lejos con una tenacidad casi imperceptible, pero presente, muy presente.

Se encuentran y en abrazo se derriten los dos cuerpos.

Y se caen al piso las dos mentes.

Y los dos corazones se hacen uno y vuelan.

Los dos cuerpos encajan.

Las dos mentes no piensan.

El corazón que ya es uno palpita.

El pueblo brinda y llora de alegria por aquella manifestación fisica del amor tan intangible.

Las ancianas recuerdan su dia y los niños ansian que llegue el suyo.

Cuando él, que ya no es niño sino macho deja salir un grito, como de victoria y ella que ya no es niña sino hembra deja salir un gemido como de derrota.

Se escucha un estruendo de aplausos.

Silvidos y deseos buenos.

Su amor ha sido celebrado, y con esto sellado en la inmortalidad del pueblo y sus habitantes.

La niña que ya no es niña sino mujer yace en el piso adornado con petalos de flor y el niño que ya no es niño sino hombre a su lado bebe el vino que ya todos bebieron.

-"Que extraño sitio ,en el que se tenga que hacer el amor frente a todos, y que luego lo celebren"  -Piensa la niña.

Luego un tanto extasiada por el climax y el clima festivo vuelve a pensar:

-"Que extraño sitio ,en el que el amor no se tenga que hacer frente a todos, y que luego no lo celebren"-.